Me apoyo en la ventana del recuerdo
y miro hacia un punto lejano,…
Lo encuentro tan ajeno,
tan adentro, tan extraño.
¡Parece que yo fuera un extranjero,
un furtivo que viniera de lejos!
Había fuego encendido,
algo inminente y algo en suspenso,
con el pasado y el futuro
entre mis huesos,
levemente cubiertos de tiempos
y de silencios.
¡Dime fantasma de los tiempos,
hazme ver esos rincones
donde se agrupan mis besos
y están en puntillas los recuerdos!
¿Están esos rincones
cegados de saliva y lluvia
con los recuerdos entre mandrágoras;
o será, el hilo del hilván de mis quimeras,
en mis azarosos recuerdos,
que amarillearon en el tiempo?