Mi silencio habla por mí; por
mis pensamientos, por mis
ganas de besarte y expresarte
lo importante que eres para mí.
Tu mirada, esa mirada que domina,
me atrapa, me habla, me calla,
me miente y me dice que mi única
verdad eres tú.
Mis besos hablan por mí; tus
labios me dominan, me llevan al
cielo y hablo con Dios, me dan
la vida y me la vuelven a quitar.
Mis manos hablan por mí, tocan
tu cuerpo y se sienten parte de
él. Mi rostro habla por mí, me
apoyo en tu pecho y quisiera
permanecer allí porque siento
que es mío, sólo mío.
Mi mente, mi alma, mi cuerpo y mi
ser hablan por mí; de mis labios
es difícil decir una frase de amor
hacia tí y no por indiferencia,
sino porque todo mi ser habla por
mí, ya conoce el camino perfecto
para llegar hacia tu piel y sabe
que eres el único que a mi cuerpo
hace estremecer.