Te amo a tí,
ser humano que te encuentras a mi lado
del cual no importa, color ni raza.
de quien deseo un amor puro,
sin prejuicios, sin abusos.
Te amo a ti,
amigo de todo el tiempo
el que es para siempre,
el que estará hasta el fin
hombro con hombro junto a mi.
Te amo a ti,
Joven inexperto,
con ganas de comerte al mundo de un bocado,
con energía tal, que puedes mover montañas,
y aunque triste en ocasiones,
logras esbozar sonrisas que alegran corazones.
Te amo a ti,
anciano, que aunque tembloroso
y olvidadizo, has entregado al mundo
tu juventud, tu trabajo, tu ser,
y ahora me toca a mi corresponder.
Te amo a ti,
familia, que aunque con tropiezos y dolores
ves crecer a tus retoños,
y con esfuerzos, con desvelos
cuidas de sus vidas y almas.
En fin, Te amo a ti, vida...
Porque me permites ver en mis semejantes
ese campo de oportunidad para amar,
para vivir, para disfrutar.
Y al final de este discurso,
te agradezco Dios, por haberme permitido
vivir en este mundo, aunque corroido,
destruido y derrumbado, es mi hogar.