Aquella taberna

Ya se había fugado el día
y en aquella taberna, te pude observar
que tu cuerpo lucía como una centella
y al verte tan bella, no te pude hablar
Ya no sentía el correr de mi sangre
y el aire quería con mi boca atrapar
pero al verte en la cara brillar dos luceros
me volví un cordero que no te pude hablar
No comprendía porque ya no querías
salir de esa trampa que era mortal
si sola vivías como una rosa de día
y en aquella sequía no te pude encontrar
Quise sacarte a donde alumbra la luna
pero tu no querías a este sol ver brillar
ya que en tu cara sentías tristeza
y tu poca pureza, no te hacía brillar
Se que vivir en tu alma partida
no existe alegría de verte gozar
porque hace un tiempo, la hubiste perdido
y ya lo escogido no te hizo triunfar