LA DAMA DE LA CALLE

LA DAMA DE LA CALLE

Decide romper el velo de su silencio

Gritarle a la vida, sus cuatro verdades.

Lo injusta y cruel, que ha sido con ella

Que, a diario, sin contemplación, la hiere.

La vanidad del mundo, la empuja al vació.

Solo el frio inclemente de la noche, la cobija.

La caneca de la esquina es el restaurante

Donde mitiga, los latigazos de su estómago.

Lleva consigo es sus espaldas, la inclemencia,

De una sociedad, enquistada en una burbuja,

De falsedad, el domingo al cristo se postran,

De rodillas, no sé qué a él, le han de confesar.

Pero sigue a diario, cavilando profundamente.

Que será de ella, en esa manigua fría de cemento

En donde opera el silencio, y la ley del más fuerte

Como un habitante más de la calle, su amparo

Que la libra de un vendaval, es la placa del puente.

Autor: Juvenal López. (LOPERA) agosto 11 /2016

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