A ti grande domador
del amor y el coraje,
dejaste tu tierra roja,
para derramar tu sangre
en ese festival.
Ilusión de tu vida,
donde una fantasía de grandeza
te transportó en aras de logros,
que allí conquistarías.
Pero quiso el destino,
que cercenaras
en nefasto destino;
en ese verde campo
que tanto amabas.
Y cumpliste tu visión,
segando tu vida en pos del valor
que tu corazón anhelaba,
de otra manera.
Con un reguero de sangre,
en ese cruel palenque
que tus quimeras albergaran.
Y como expresaste una vez:
- Me gustaría morir
en el campo de la doma-
Dios te llamó.
Justo en ese lugar de tus sueños,
truncando tú joven vida.
Hoy el palenque se viste de luto.
Y coloridas flores,
ofrendaron tus colegas,
en ese lugar,
donde emprendiste
el viaje eterno,
a los brazos del Señor.
¡Descansa domador!
Ya recorriste tu senda. Mecha Foderé