En un apartado desierto,
Brillaba un bello palacio.
Donde nacio una princesa,
Que iluminaba el universo.
Brillaba como una estrella.
Brillaba como un diamante.
Solo queriendo ofrecer,
La luz a su bello amante.
Con una decilusion,
Fue herido su corazon.
LLevando un profundo dolor,
llorava sin compasion.
Con una Tristeza en el alma,
Fue marcada por la vida.
Y a pesar del sufrimiento,
Siguio viviendo dia-a-dia.
Las huellas que le quedaron,
Le quitaron su alegria.
Y solamente le quedo,
El reflejo de su agonia.
Una princesa que suena,
Suenos que no realizan.
Son pesadillas que lleva,
Una princesa dormida.