LA RATA SEMPITERNA

Ya está de nuevo en la calle
la rata sempiterna.
Los cabrones sin mandiles
y la muy asquerosa hiena.
Ya sacan las banderolas
y pancartas con su mierda.
Ya amenazan con la huelga
y también con una guerra.
Son los mismos que no hace mucho
decían “no a la guerra”
y sembraron de pasquines
a toda una nación entera.
Ya quieren lucir palmito
y visten como personas.
Pero les han crecido los caninos
y las cerdas se les asoman.
Y es que son los asesinos
de la libertad en democracia.
Que ellos tan sólo quieren vino
y el libertinaje.Que tan bien les cuadra.
No hagamos caso a esa gentuza
y dejémosles que griten.
Que luzcan sus banderolas
y pancartas con sus piques.
Limpiemos las alcantarillas
refugio de esos malditos
para que el día en que huyan
tenerlos allí juntitos.
Cazarlos y recluirlos
en colegios para que aprendan
urbanidad y decoro
y el respeto a la decencia.
Que dejen de ser para siempre:
la rata sempiterna.
El cabrito sin mandil
y la muy asquerosa hiena.