El amor es el arte abstracto más perfecto,
es más que una palabra ausente de sentido.
El amor es el sentimiento y la acción inconsciente,
la carencia de razón
invocando al corazón
a perseguir su destino.
Es aquella rosa floreciendo en pleno invierno,
aquella Luna asomando entre las nubes,
y aquel río atravesando el árido desierto,
implorando cariño,
regalando ternura.
Creer en el amor es jugarse a la felicidad
sin pensar en un ¿por qué?,
comprender el futuro sin la incógnita ¿para qué?,
y es aprender a vivir
sin las dudas que nos aquejan de mañana.
El amor es el ser más sabio imperceptible a la vista
y es la alegría más inmensa
a costas de la alegría ajena.
El “amor” sin amor no es amor,
simplemente no es nada.