Dulce amigo
que recorres los campos en primavera
que con tus cantos, recuerdas en mi...
“Sentimientos perdidos”
Llegaste un día en la noche...
A alegrar un poco mi vida.
Me sentía feliz porque me recordabas oyéndote...
La libertad del campo y la alegría no comprendía que tu necesitabas también...
“Tu libertad y tu vida”
A pesar de mis cuidados, una noche enfermaste y te di la libertad para que volvieses al campo
pensando que quizás así mejorarías.
Aquella noche, me sentí feliz
porque a mi ventana llegó el sonido de tu canto
y me llenó de alegría.
Pensando que estarías bien
y que había hecho lo que debía.
Pero al despertar la mañana
y con las primeras luces del día, te vi... junto a mi ventana. ¡Oh Dios mío!
¡Estabas muerto!
Y unas hormigas te comían.
Entonces una gran tristeza me embargó
ya no estarías conmigo, ni en el campo
cantando dulces melodías.
“Adiós mi viejo amigo”
Que aún en tu agonía cantaste para mí...
“La ultima canción de tu triste vida”
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