Un remanso de paz.

Me gusta de los mares
la enorme inmensidad
y de tu ser mi vida
tu alma y tu bondad.
Quizá bella y querida
te vaya un día a decir
que eres tú, consentida,
mi razón de vivir.
Y si vivo en tus sueños
se han de hacer realidad,
tus cabellos trigueños
su gentil suavidad
y tus labios risueños.
Eres linda y preciosa
cual de virgen tu faz,
y de tu alma dichosa
nace en ti flor hermosa
un remanso de paz.
El poeta
desconocido.
3/10/013