El hombre joven
mira hacia su futuro,
el hombre maduro
mira hacia el horizonte,
el hombre viejo
mira hacia sus recuerdos.
Para el joven, es la vida,
para el maduro, el esfuerzo,
para el viejo, la nostalgia.
Es un parpadeo en la Historia
la vida del ser humano,
su búsqueda de la gloria
es sólo soñar en vano.
Jamás comprende su mundo,
su lugar ni su destino
y así, prosigue, errabundo
y extraño, por su camino.
Atrapado en el profundo
pasillo de los espejos,
incapaz de percibir
en pleno, la realidad;
atisbando solamente
el "reflejo de los reflejos".-
Eduardo Ritter Bonilla.