Entonces era todo una mentira,
una farsa constante de engaños y rencores,
un puñado de frases gastadas y perdidas
y el reconocer del alma, aquellos viejos errores.
Entonces, y tal vez por un instante
vaciaste mi creencia de ideales tan perfectos,
el querer llegar a mecerme en un constante
vaivén de ilusiones sin voces ni reflejos.
Entonces callaste todas las verdades
y me sumiste en mundos de dolor y miseria,
la vida siguió andando, girando eternidades
el cielo castigó, el creerte una estrella.
Entonces, pasajero de un tren que sin regreso
siguió el curso de atroces armonías,
en cada estación buscó la magia de tu beso
y en cada lugar, la maldad de una mentira.