El día es gris, oscuro...
Oscuro como mi Alma,
Que se ha despertado sola,
Y que en su desespero por no hallar la calma,
Llora y no encuentra consuelo...
Por las noches en su carcel,
Carcel de barrotes transparentes,
Pero duros e instranspasables...
Llora sola la pobre en desvelo,
Pues la culpa de sus males,
La tiene aquel que dijo un día...
"No te quiero...."
Su voz despiadada e insensible,
Penetro el corazón de mi tierna Alma,
Y dejó en ella profundo dolor tangible...
Ella quería olvidar
Las penas que hacian perdiera la razón,
Pero no pudo... no pudo ganar...
Y condeno así su vida a la oscuridad...
Para eternamente en su carcel llorar...
Para darse a si misma su propio funeral...
Se enlutó su mirada...
Así como sus perfectos labios
Se volvieron grises en lugar de rosados...
Triste condena sufrida por amor...
Mi pobre Alma perdió la razón...
Grita loca su desesperación...
A los barrotes de su tenebrosa habitación...