La vida humana, nuestra propia vida, un instante fugaz, una sombra que pasa de repente y que no volverá, un eco de lejanas melodías de ritmo desigual que de pronto resuenan claras, diáfanas y de pronto se van. Es un juego de niños en la tierra, es murmullo del mar, es el llanto del viento entre los árboles es viento nada más; es cúmulo de sueños en un beso, suspiro y ansiedad, un pájaro que vuela solitario, es ganas de llorar. Es tenue y vaporoso claro-oscuro desaliento y afán, rocío mañanero que se posa silente en el rosal, flor que renace y crece y da su fruto, paso a la eternidad. Es devota oración en el silencio del alma que al rezar escucha del Señor una respuesta que habrá de darle paz. Heriberto Bravo Bravo SS. CC
lindo poema