La vida humana, nuestra propia vida,
un instante fugaz,
una sombra que pasa de repente
y que no volverá,
un eco de lejanas melodías
de ritmo desigual
que de pronto resuenan claras, diáfanas
y de pronto se van.
Es un juego de niños en la tierra,
es murmullo del mar,
es el llanto del viento entre los árboles
es viento nada más;
es cúmulo de sueños en un beso,
suspiro y ansiedad,
un pájaro que vuela solitario,
es ganas de llorar.
Es tenue y vaporoso claro-oscuro
desaliento y afán,
rocío mañanero que se posa
silente en el rosal,
flor que renace y crece y da su fruto,
paso a la eternidad.
Es devota oración en el silencio
del alma que al rezar
escucha del Señor una respuesta
que habrá de darle paz.
Heriberto Bravo Bravo SS. CC
lindo poema