Eres como el ángel de la guarda,
el que adormece mi dolor
y mi sufrimiento,
el que me regala horas de alegría
en cada amanecer.
Siembras en mi el ejemplo del amor
fortaleciendo mi corazón.
Tú extiendes tu mano dándome
paz para que el dolor se evapore
y no vuelva jamás.
Tu sonrisa es eterna
como el viento,
impregnada de la luz del día.
Me recuerdas que la risa
resucita tesoros escondidos
que yo había olvidado,
el sonido de tu voz es hermosa
melodía para mis oídos.
Tu haces que suenen dentro de mi
las campanas del amor
que un día quedaron suspendidas
en la altitud del alma mía.
Creastes en mi una alta montaña
de amor, donde aparece tu nombre
escrito.
Dios te puso en mi vida,
para conocer la verdad del amor eterno,
y hoy plasmo con mi pluma tu presencia,
y agradezco con amor
que estés en mi vida
donde plantaste la rosa
que florece cada día,
su semilla alimenta mi sentir,
para dejar a un lado el dolor
y el sufrimiento.
Loly Carmona