Estos mágicos momentos
transcurridos a tu lado,
sin nada más que desear:
tus labios, mis sentimientos,
tus ojos y, muy adentro,
este amor que por ti siento,
tan inmenso como el mar.
Esta atmósfera privada,
tan llena de amor y paz
y tu silueta encantada,
tu piel tersa y perfumada,
y yo ya no pido más.
Este embrujo, tu hermosura;
de mis manos la ternura
se desgrana en mil caricias,
de tu pecho las delicias
y esa luz que en ti fulgura,
multiplicada en albricias.
Ni el más audaz de mis sueños
se acerca remotamente
a esta bella realidad
de querernos tiernamente;
y tus ojos son los dueños
de toda mi voluntad,
con esa dulce bondad
que irradias constantemente.
¡Este vivir a tu lado
en continuado paraíso,
en este edén encantado,
este romántico hechizo;
tal y como siempre quiso
el corazón enamorado!-