Asilos de N.N.

Y parecían vagabundos, que de rostros y de estepas, la verdad no duele, duele más el engaño y la traición, el desmedro de lo sano, la parsimonia del obtuso, el corromper cuerpos
en asilos de N.N., valga la redundancia,
de querer morir por el vulgar siniestro,
vuelan de celo, transpiran sangre, en la inclemencia de los pasillos nauseabundos.
Oyeme! vulgar testaferro de los buenos muchachos,
acicálate un poco, y ven a la fiesta!
Hay sobrantes de humo, parcelas de cuerpos,
luz a montones, chispas en el cielo, y
niñas bonitas... hermosas casi vírgenes
de la vida, que no verán el futuro, tenderse
a sus pies de niñas revolucionarias....
Oyeme! partidario de la zurda perdedora,
de los sueños inmersos en jardines de piedra,
alli estarás, en el cemento dormido,
mientras brindo con el aroma de estas virgenes
dispuestas a servirme...
Siembra lo que has de matar, que cuando coseches comerás veneno!