Induccion.

Yo que recorrì los cementerios
en pos del alcohol de los soldados
ubicando la succiòn de los misterios
donde estaban por demàs desubicados,
yo que me callè en cautiverio
por los otros hèroes desalmados
a sabiendas de aquellos que mintiendo
me mataron con el màstil de un candado,
yo que te amè sin lujos de detalles
sin marcas de la suela que he gastado
con el alma del absurdo de mi calle
en negaciòn de la vida que me has dado,
yo que aceptè las reglas de este juego
del amante en su jaula encerrado,
sin doctrinas en el suburbio de los ruegos
ni reclamos por encuentros que fallaron.
Yo que te recuerdo, aùn en plusvalìas
en nostalgias que me matan por cerrado,
aceptando la derrota que por mìa
me ha puesto como un duende fracasado,
yo que intento retornar en el camino
y pensar que por lo menos te he amado
a pesar de lo negro del destino
y del margen que me dejas en pasado!