Yo sería capaz de morir
por mi bandera
que se ha perdido,
sólo para que recuerden,
que está vigente una lucha.
Pero que el recuerdo
sea apacible
y prometedor,
solidario con el pobre
que muere digno;
solidario con el trecho sufrido
de nuestro hermano indio.
Sí, mi bandera se ha perdido,
pero no así,
el derecho a la lucha,
porque sabemos,
¡Oh tú, bandera mía!
que en mano desconocida estás,
por causa de una intervención
vetusta y antipática,
que sólo aumenta la inspiración
de tu pueblo,
invadido, que te ama.
Sufro cuando te veo llorar,
cuando me perteneces
y pareciera que te pierdo;
cuando la música
me hace recordar,
que tus lágrimas
se tornan amargas,
cada vez
que un panameño muere por tí
y otro se ríe.
Cuando reapareces
de una mano extraña
que no es la mía,
y siento angustia.
¡Oh tú, bandera mía!
sé que estás ahí
y que apenas me falta
una gota de sangre
y un cielo claro,
de verano,
que te abrigue
para resaltar el rojo y azul
de cada estrella,
porque sólo así reiré,
cuando tus lágrimas
se tornen poesía
y se añore el día,
que no abrigue
una loca excusa,
para que te alejen,
quedándote siempre
muy cerca de mi corazón.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!