ALLÁ LEJOS...

Qué dicha vivir, sintiéndose vivido, rendirse a la gran incertidumbre de querer otro ser, fuera de mí, muy lejos, que me está viviendo. Qué dicha saber que estoy aquí, inmóvil, con los ojos cerrados y los labios negándome al amor de la luz, de las flores. La verdad transparente es que camino sin pasos, con otros, allá lejos, y allí estoy besando flores y luces. Que hay otro ser, allá lejos, por el que miro el mundo, porque me está queriendo con sus ojos y sus labios. Que hay otra voz, en el tiempo, con la que digo cosas no sospechadas por mi gran silencio; y es que también me quiere con su voz. Qué dicha vivir a ciegas, oscuramente, envuelto en mi propia ausencia; sabiendo sólo que existe, lejos, otro ser que me está viviendo.