Mi corazón se ha ido formando,
sin amor, sin compresión,
con castigos, con trahición,
que me han hecho apagar su voz.
Más en tu presencia de calma y bondad,
de nuevo siento su existencia.
Mi corazón a tu lado, se remodela,
abre de par en par sus puertas,
se transforma en armonía y paz.
Si para que pueda existir su latir,
hay que merecerlo,
si soy la culpable de mi desgracia
por no dejarlo expresarse,
por miedo, no quererlo sentir,
cuanto tú estás junto amí,
sin yo darme cuenta,
comienza a revivir.
Más no tengo ningún medio
de contigo poderlo compartir,
una vez más me asusta su soledad,
pero es mejor no dejarlo hablar,
que hacerte, mi vida, mal.
La causa es porque no nací,
para poder ser para tí,
no me lo merecí.
Por eso no tengo una razón para vivir.
23.10.2005