Debo renunciar al agua que me ofrece.
No sé porque quiero seguir bebiendo,
a veces sin estar sediento. Queriendo
satisfacer, a veces tomo hasta la hece.
Repaso lo que probé a orilla del mar,
bebí labios de arena, sin dejar nada,
a pesar que toda estaba salada.
Hasta cuando, debo demostrar que sé amar.
Muchas veces vi a la tarde mal morir,
¿porque más abriles, intento descubrir?
Ya no puedo combatir, llama con llama.
Al alba, ya siento el cansancio.
Rumbearé mi destino despacio,
en busca, de la que realmente ama.