Ya no hallarás tras de ti mi perfume
ni el viento será quien te evoque mi risa
pues si daño tu ser entre las nubes,
es hora de marcharme ya de prisa.
Coloqué en mi cabeza un gran sombrero,
y me llevo tus versos como almohada
así solo te encontraré en mis sueños,
que romperán contigo la alborada.
Nadie más que tú, oirá mis pasos
ni verá moverse con mi risa los trigales,
pues igual que lo hacen los alondras
mis trinos solo, cantarán tu nombre.
No temas no, que de nuevo te regañen.
No encontrarás mi huella en tu camino,
ni encontrarás más la luz que ilumina
estos ojos que sin ti, serán tristes peregrinos.
Pues será tan solo la historia quien nos juzgue,
cuando vea crecer el olvido cual maleza,
y verás que encuentro en la tristeza
de mis versos escritos con nostalgia;
la impronta, la gaya ciencia, la constancia,
donde seguirás vivo, sin que te rocen
las puntas de mis alas cuando se enciendan
las estrellas del universo y me busques en silencio
en la oscuridad del bosque, donde el tiempo
desvestirá las horas sin tocarte entre las brumas
y seré yo quien de pronto huya, cuando sienta
venir tu aliento sobre el mar de las espumas.
be bj
28/12/2003