Casi siempre las heridas, llevan tiempo en curar, porque es uno mismo, el que se regocija en recordar. Ya que recordar, es volver a sentir el torbellino que arrastró el deseo, es clavar una y otra vez el cuchillo en lo vivido, así la herida se agrieta aún más, sin haberlo consentido, y solo se percata uno de lo hondo, cuando la rabia llega hasta la ultima gota de tanto preguntar, como ha sido. Así ,se va el tiempo y se deja pasar nuevos encuetros, reconciliaciones, se deja ir, el placer de lo nuevo, del misterio, del amor a uno mismo y nos arropamos en el frío. Pero a pesar de todo, siempre habrá otra historia que nos espera, un mañana por vivir y tanto es cierto, que siento el alma presa de lo incierto, y se mueve como la ola y la marea, me abraza ti invisible presencia, y conmueve mi ser a conciencia. Y aunque, aquí está el presente, lo seguro, y el porvenir es un incógnita de miedo, igual ansio y espero, no tropezar en un peñasco verdadero, y que el corazón quede maltrecho. Seguro habrá otra historia, solo hay que barajar, las cartas de la vida y esperar andando el camino.