Se nos fue quedando frío el café; se nos fue entumiendo la tasa, cuando las yemas de mis dedos, irisaban caricias en tu vientre, quedábamos atrapado en el aroma del café, los besos,
nos endilgaban a seguir; a no parar, y así fue como se nos fue quedando frió el café. En el último hálito, de su tibieza, intentamos frenar, aclaramos las miradas, y nuestros labios no pararon, siguieron, hasta hacerte dudar, haciéndote pensar que era mala idea. Se nos fue quedando frió el café, mientras la locura, galopaba por la piel ya descascarada, esperando que nazca vida, donde su resollar se hacia gemido, se hacia descontrol, y mis manos no te dejaban, querían saber de tu pasión, que me rodeo, acosando mi control, que casi se rindió a sus pies; pero mi mente pudo mas, mis manos demostraron que te guiaban, que serian ellas las que te cuidarían,
y te protegerían
cuando no halles que hacer.