Carta a mi misma.
Hola, hoy te escribo...por que al parecer, es la única manera de llegar a ti.
Ya no me escuchas, ya no me ves. Pero aquí sigo…por más que quieras hundirme aún estoy aquí.
Anda… ¿Quieres rendirte?, pues ríndete tú…pero no pretendas que el mundo se derrumbe contigo.
Tú no puedes tapar el sol con un dedo, no puedes… puedes cerrar los ojos y no ver la luz…pero no por eso se opacará el sol.
Dices que el mundo está en tu contra…en nuestra contra. Pero, ¿no te has dado cuenta que sólo eres tú la que lucha conmigo?
No, no me malinterpretes antes de tiempo, por que sé que lo estás haciendo y que eres experta en eso. No te estoy echando la culpa… pues las culpas son algo que se invento el ser humano…y que realmente no existen.
Ven, toma mi mano… Yo estoy aquí, dentro de ti… y yo no me rendiré jamás. Es cierto que te hundes y que no tienes de donde aferrarte, pero olvidas el hilo irrompible con el que estás atada a la superficie. Sólo tienes que agarrarte con fuerza a el…y la vida misma te subirá.
Pues no eres basura…Si quieres creer que lo eres, allá tú, en eso te convertirás, pero por ahora no lo eres, por más que lo afirmes, no lo eres.
Ánimo, sé que aún no pierdes las fuerzas del todo…confío en ti. Y sí, si mereces mi confianza… Tú también deberías confiar en mí… en ti misma.
Mou…Realmente no tengo nada más que decirte… “No hay peor ciego que el que no quiere ver”… Y no, no me argumentes que estás cansada…Simplemente descansa un rato, pero no te rindas. Tampoco dejaré que te excuses con tu…“Cada vez que me levanto, solo consigo caerme más fuerte”…Por que eso significa que cada vez que te levantas llegas más alto…y pronto podrás volar.
Vuela mi pequeña mariposa… vuela y no tengas miedo de caer, por que ten la certeza de que siempre te levantarás...si así lo deseas.
RosaGranaina
12/4/2007