Me indigna que tengas razón
y que por la mañana invoques
desde el otro lado de la radio
mil sueños de rebelión
Como a aquel autor anciano,
azote de oradores hueros
y resortes leoninos
de un mundo sin corazón,
también me duele el olvido
de los valores antiguos
que nuestros muertos sembraron
a fuerza de sangre y dolor.
Hoy es un niño que llora,
mañana un anciano que implora
ante la puerta cerrada
de un servicio de atención.
Mientras, en el mundo hay gente
que ve morir a sus hijos
porque unos hijos de puta,
con traje de cuello blanco,
van jugando al monopoli
con su sangre y su sudor.
Tan rápido como la luz
de sus cálidos teclados
los mensajes centellean
sabiendo tal vez, tal vez,
que a la par que ellos teclean
un niño solloza y muere
y desgarra un corazón.
Cada pantalla que abren,
cada click de su raton,
es un cuervo que desciende
a los campos del horror.
Y yo no puedo hacer nada
y tampoco se hacer nada
sentado en mi sofá vacío,
solo ante el ordenador.
Me indigna sentirme solo,
me indigna sentirme hueco,
sentirme deshabitado.
Me indigna mi indignación.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!