Su piel, sus latidos, su frescura!..
Su procaz, trepar a las alturas Esa!. luna!..
Su mirar hacia huecos encantados!
Sin murallas dibujadas en los mapas
Es, su embrujo, el que cautiva al sortilegio
Es la manta de la noche, un reflejo..
De su diosa!. predispuesta e inmaculada!.
Cubriendo el frio de los miedos, en sus huesos!
Atreviéndose a ser ella, una dama!..
En la vida, juega a ser una princesa..
Es poesía, el despertar en su mañana!..
Rompe hechizos… de brujas que procesan!..
Cultivos de elixires, para Incastas..
E imagina que su honor será su magia!..
Solo falta, la cautive aquel amor!..
Que persuade en la noche, que presagia.. Al sentir tan frías y vacias, sus sábanas!.De almíbar!..
Preparando la tibieza prometida!..
Despertando en su cama, como un sol, su sinfonía!..
Con estelas de una luz!..En él, hendida!..
Un vibrar de a dos!..Y libertad, toda la vida!..
María Verónica García