El sufrimiento son puertas que se abren por un momento mientras la herida está fresca. Son esos momentos, en los que tú, el universo y Dios se unen para reflexionar, y para aprender de la vida.. Si esos momentos los enfrentas con un espíritu de sinceridad, entregándote a Dios de corazón, admitiendo sin reparo tus errores y diferenciando cuál es tu responsabilidad y cuál es, el de la otra persona ¡Haz crecido espiritualmente! Gracias a esos momentos, es que crecemos. Al elegir ahogarte en llanto, estás negando la posibilidad que el Creador te deja para crecer y estar contigo. ¿Qué oportunidades te está abriendo esa puerta, a tan solo unos pasos del dolor que sientes? Y mientras está fresca esa herida, aprovecha antes de que se cierre. ya que el tiempo es muy buen consejero..