Cuando empiezas a amar te consideras
Sublime., excepcional.;
Casi te crees un Santo
Con derecho a un Altar.
Luego, vas convenciéndote,
De que eres, de entre tantos,
Sólo uno más.
De que tal vez amar sea lo menos
Privilegiado que hay.
De que el Amor, lo mismo que la barba,
Son cosas de la edad,
Son solamente trampas que nos tiende,
Astuta y sabia la Naturaleza
Para que antes de irnos de esta Tierra
Dejemos a Otros en nuestro lugar.
No hay Amor que no empiece
Rayando en lo sublime.
No hay Amor que no acabe
Cayendo en lo vulgar.
Así, así es de triste.
Y así es de verdad.
Señor, qué bien supiste
Hacerles trampa a los Enamorados
Sin que se dieran cuenta.
De cómo les estabas engañando.