Nuestra vida un naufragio con años de duración

Llueve, amor, siempre que vienes,
y relampaguea como una premonitoria
exclamación!para avisarme que detrás tuyo
se esconde una gran tempestad.
Que puede provocar grandes desastres
dentro de mi corazón.
Llegas mojada de lluvía.
y nos juntamos uno dentro del otro.
Hasta convertirnos por momentos,
en una sola ola de piel
que enviste furiosa,
con gran necesidad de deseo incontrolable.
Renacemos después como las olas,
como las olas después de la tempestad.
Nuevos y pletóricos.
Y nos fijamos la mirada
tus ojos en mis ojos.
Con el peligro del cuerpo del otro,
para reconocer los recovecos
en los que hemos ido gozando y gozando.
En nuestro gran periplo de amor y vida
de sexo llena, como fruta del àrbol maduro,
amor sin esperanza, con muchos años de pasión.
Y sin grandes bendiciones coronado,
somos protagonistas de la líbido,
de deseo sin amor.
Vivimos en un universo de complicidad.
Viaje de amor que requiere energia,
muchas veces ratos de discusión,
nos falta el tiempo,! mi vida!
disfrute de nuestra líbido incontrolable.
.
Mucha pasión y a la vez gran tensión;
coraje de anhelos y miedos ,
que nadie nos reconozca al encontrarnos,
intentando pasar desapercibidos por conocidos.
El viaje de este amor sin futuro
nunca se sabe cuando tendrá fin,
Requiere tanto cálculo de tiempo,
y pocos ratos, que se necesita que el placer no tenga fin. Carmina. 26/7/2007.