A vosotros, criaturas de perspectivas distantes,
desafiantes perennes que arriesgáis la vida;
que, en silencio mortuorio, cubrís los fondos y las quillas
A vosotros, con uniforme famélico de frío, hambre
y miedo; a tantos que a diario sois pasto de la tierra,
cobertura de los mares y sierpe de las guerras.
A los que saltan alambradas en pos de una quimera
pues, piensan ingenuos que, al otro lado estaría
el hijo que llora y los que ya ni lloran, con la barriga llena.
A los que son explotados,… espacios sin ciudades, mundos sin emblemas.
A los que os explotan, olvidando vuestros ojos anegados de miseria.
A los que son engañados. ¡El hambre es mala consejera!
A los que se levantan tras las caídas y enjugan sus lágrimas,
y miran al cielo aunque, el peso de la espalda fecunde ya la tierra.
¡Yo bogo por vosotros que, lo dejáis todo por una digna existencia
en el mundo que vivimos; con esta humilde trova de patera imaginaria!