Fluyes, donde el vientre cobija y es guarida
lugar de solsticios y oscuras novedades,
un mar que denota la transición hacia la vida
y el deseo de quedar atrapado en sus lugares.
Fluyes, desde el rincón de un aúrea escondida
donde el sol aún no llega y la luz debilita
el costado oculto de una lejna armonía
donde escuchas balbuceos y nadie te los quita.
Fluyes, pateas, incómodas, con la luz apagada
con el manto de piel que recubre tu latido,
sabio esplendor de tus manecillas que nadan
queriendo abarcar los sitios y sus motivos.
Fluyes, abrazas, escondes, vagos instrumentos
que entrelazan el amor con el vientre hinchado
de una esperanza que se re sume en momentos
de asomar tu cabezita y ver el mundo soñado.