patatas con bacalao...

"érase una vez. . . " decia la abuelita,
tratando de rememorar los cuentos,
que aprendió e su dilatada vida
y nosotros con grandes ojos expectantes
tratabamos de comernos una a una;
las palabras de la abuela.
"érase una vez. . ." repetía la abuelita,
tratando por todos los medios qué,
aprendieramos sus viejas lecciones,
óxidadas en el tiempo.
nosotros nunca fuimos capaces
de aprenderlas al pié de la letra.
cuando nos surgia . . . improvisabamos,
al improvisar . . . fallabamos
y al fallar . . . aprendíamps de nuevo
esas viejas lecciones óxidadas en el tiempo.
"érase un hombre que salia de casa,
se marchaba al campo a trabajar
y cuando volvía jugaba con sus hijos"
nos reíamos jocosos al comprobar,
que la abuela era más ingenua
de los que nosotros imaginabamos.
pero el tiempo pasa
y este hace que nos veamos
realmente como somos
unos pequeños simios que no dejan de jugar
hasta la extenuación.
"érase un hombre que salia de casa se marchaba al campo a trabajar
y cuando volvía jugaba con sus hijos"
¡pero abuela!
volvíamps a reirnos de la cantinela
diaria de la abuela
¡eso no es un cuento!
cuando acababa su letanía
se pegaba a la ventana
y con los ojos fijos al cielo
como si pensara que este le iba a dar algo
volvia a repetir:
"érase una vez un hombre,
que marchó a la indias
y nunca regresó para ver a su esposa"
y con los ojos humedecidos
por la lágrimas . . .
echaba el último ajo al bacacalo.
. . . . . .