Las luces gastan el recorrido
intruso, de alquitranes y veredas,
de un lado a otro,
y aparentemente insolubles,
ven el paso del tiempo
a travès de las suelas gastadas
de los miles de humanos...
Y es decir,
sin prolegòmenos ni ìndices,
que mas allà de la perpetua
ansiedad de las calles absurdas,
la inmensa apatìa de las mentes
que transitan,
vuelcan estados de ànimo
casi muertos...
Ya no reconozco mi calle,
mi hogar, mi vida ni tampoco
mis varias muertes,
y asì paseo
indestructible a la vista
de los demàs, pero
falible a los ojos
de los reales pensamientos
de aquellos que saben
donde matarme!