Lindos recuerdos de mi niñez, parte i

Han venido a mi memoria
recuerdos lindos del ayer,
cuando siendo aún una niña
jugaba a ser mujer,
montada en los tacones altos
de mi hermana María
Sus vestidos los lucía
frente al gran espejo del salón,
con la cara repintada
con su rojo creyón de labios
Recuerdo que parece que el vestido de largo
me llegaba hasta el talón…
Pero yo me sentía una reina con todos sus atavíos…
Hoy mi hermana sigue usando el mismo tono de creyón,
pero ya nunca más jugamos
a ser la reina del salón
Como te quiero María,
dulce reina hermana mía…
Cuando de eso nos cansábamos
yo, y mi amiga la vecina,
corríamos raudas al patio,
a bautizar a la muñeca del día;
celebrábamos aquella fiesta,
aquella buena amiga y yo,
con hermosas guirnaldas que hacíamos entre las dos,
y las hacíamos robando flores a destajo
por todo el jardín de un distinguido
y acaudalado señor
que vivía justo al lado
del quiosquito de Manolón
Pobres muñecas
cuántas veces las habré bautizado yo…
Como te quiero vecina,
dulce Náyade, amiga mía
Cuanto daría por volver a verte hoy…
Si por mala suerte mi vecina
estaba castigada un día,
entonces sola me montaba
en cuanta mata encontraba
y ahí pasada un buen rato enfurruñada,
esperando que el castigo levantaran,
a la pobre de mi vecina
Recuerdo que un día,
un gusano peludo me picó,
y estuve llorando tres días
de puritito dolor
¡Ay!, cuantos gusanos sufrieron
mi venganza desde aquel día…..
En el patio de mi casa,
que era muy espacioso,
había muchas, pero muchas matas
que mi papá sembró laborioso
pero yo sólo recuerdo aquella mata de coco
que fue la última que sembró…
¡Como extraño aún a mi padre!, ya hace 26 años que murió…
De la mata de caujil me comía su fruta agría,
pero después venía el festín
al quemar sus singulares semillas,
pues de ahí salía el merey,
tan costoso en estos días
Que de quemadas me daría
Pero del número exacto ya no me acuerdo yo…
De la mata de almendrón
después de asaltarla en el día
seguro venía un regañón,
porque manchaba la ropa
y como lavarla aún no sabía,
la escondía día tras día,
para evitar el culebrón
Dios cuanta ropita así perdería yo…
En la mata de guayaba
presurosa me montaba
a recoger las que no alcanzaba,
pues mamita las usaba
para preparar un rico dulce
que a todo mundo gustaba
Hummmm , quien se comiera ahora ese dulce de guayaba …
De la de mango ya me hartaba
así que poco le paraba
he debido de comer más mangos
que todas las niñas de la cuadra jajajaa
Y que hay de la de níspero,
Que por dulces los buscaban
Y mamá gustosa
Los metía en bolsas y los regalaba
Y de la de limón… jajajaja,
sus frutos los usábamos,
todos los muchachos de la cuadra,
para formar el pelotón,
pues a guerra nos caímos
con el ácido limón
Mamá salía regañándonos
y como para castigarnos,
a todos nos ponía a exprimir
y a preparar el jugo de limón
jajajaja ¡que de moretones me quedaron
de esas guerras con el pelotón!, jajajaja
En fin, no hubo mata que se salvara,
de mi apetito feroz
No hubo gusano que escapara
de mi venganza atroz
Y mamita nunca pudo
acabar con el pelotón
¡Que recuerdos tan lindos
estos que tengo yo!...