Te estoy extrañando
de esta forma, tan cruel y bendita
que nadie del pecho me quita
lo que anoche te estuve amando,
con mis manos en tu cintura
en tu piel mis dedos recorriendo,
lo que ahora sigo sintiendo,
algo parecido a la locura!
y es hora que no te encuentro
donde pasearte solías,
por la paz de mis cuantías
o el desvelo de mis adentros,
amor! que me has inducido
a llevarla tan cerca de mis entrañas
que apenas no la vé la extraña,
que siente ausencia, que padece olvidos,
pero sé que te tengo, en mi alma escondida
exiliada en consulados que solo conocemos,
al mirar esa estrella que de tanto recorrernos
suele cobijarnos, desde el principio de nuestra vida.