LLUVIA DE PECADOS Y PERDONES...

Desde el sacro altar veo llover perdones, a pecados mal habidos que pide el hombre de negro tocado.

Eleva sus plegarias a santos de santos y uno a uno le responden entre cantos gregorianos. Uno a uno le responde que no hay perdón a sus pecados.

Porque el amar no puede perdonarse, ya que al amar no existe pecador por lo tanto tampoco existe el pecado.

El hombre reflexiona mirando al cristo crucificado y se pregunta.

¿Por qué los santos no han entendido mis pecados?

Yo amo a una mujer que ya ha cristo se ha entregado. Perdonadme mi dios y que me perdonen los santos, ya que el negro de mi sotana no puede ocultar este amor que me está matando.

A quien y a cuantos he de rogarles, mi señor, a quien y a cuantos he de reprocharle que no puedo con esta pasión y que quisiera crucificarme.

Desde el sacro altar veo llover pecados y perdones. Yo soy el hombre de negra sotana que de una virgen se ha enamorado, por eso soy el único que puede ver la triste lluvia de pecados y perdones.