Recuerdo y pienso
y vibran de nuevo en mí
las sensaciones de mi piel,
de cada célula.
Añoro los caminos repletos de alegría,
la sangre como fuego corriendo por mis venas,
esas olas de emoción que chocaban
en los acantilados de mi cuerpo y el tuyo.
Ese tiempo de belleza emanando en pos nuestro,
esa eclosión de amor; que por ser tanto
fluía a borbotones por entre nosotros.
¿Donde se fue esa fuerza,
donde esa eclosión de amores y sonrisas.
Y la madre selva de nuestras caricias,
donde está que no la hallo?.
Soy un fulgor de rabia
que vaga en el espacio.
Soy un avaro de risas
que de tanto guardarlas
ya no las encuentro.
¿Cómo encontrar esa luz
que se amontona en mi deseo?
Quiero calentar el hielo
que tapona mis entrañas,
y volver a sentirte
como mi alma gemela,
que siempre fuiste.
¡Dioses de la lluvia,
dioses del Olimpo!
¡Bienaventurados los que ríen,
porque ellos son felices!