Cuando despierto de sueños afiebrados
que no me conceden tu ternura
quisiera creer que yo soy el soñado
por la imagen que mi alma prefigura  Y es el agrio sabor tan remanido  de aquello que siempre me repite  que no corra mas detrás de lo perdido. 
Te sueño ahora, que mis ojos se han abierto
en ráfagas sensuales, de entrega estremecida
y no se cuando me duermo en el incierto
tiempo, que hoy tengo en mi confusa vida  Y vuelve la voz, nunca se ha ido  que triste y grave, siempre me repite  que no busque más lo que es perdido. 
No encuentro el lugar de los que han sido
momentos de dulces y alegres armonías
no se si es sueño, o real este sonido
que me atrapa con lúgubres melodías  Y es ilusorio, es sin sentido  vuelve a plasmar la voz funesta  que crea encontrar a lo perdido. 
Pero en sueños, reflejos o espejismos
quiero volver a tener un solo instante 
la original esencia de mi mismo
cuando creí ser tu único amante.  Y no es así, nunca lo ha sido  rebervera el agonico sonido,  aunque siga buscando lo perdido. 
Y es ese eco de sutiles vibraciones,
que vuelve con la fuerza de un tornado,
la misma verdad, que impone con sus dones
diciéndome que en verdad, jamás fui amado.  Y ahora comprendo que no he vivido  por correr detrás de lo perdido,  por entender recién que lo querido,  mas que perdido, nunca fue ganado.