Tenía la seria intención
de llegar a la oficina
cuando me caí en la esquina,
por tremendo resbalón:
alguna persona "amable"
de seguro es la culpable,
al poner en mi camino
una cáscara de pepino,
¡qué terrible situación!
Tuve toda la intención
de acudir a nuestra cita,
pero me encontré a Marthita,
(la hijita de don Ramón);
me entretuvo platicando
y el tiempo se fue "volando",
te suplico tu perdón.
Tenía la sana intención
de pintar, esta semana,
las puertas y la ventana
y evitar la corrosión;
pero no encontré el dinero
que guardé tras el ropero
para comprar la pintura,
¡qué fastidio! ¡qué locura!
(alguien lo encontró primero).
Tenía la firme intención
de levantarme temprano
desde el inicio del año,
y empezar a ejercitarme,
a medirme y controlarme,
para mi alimentación.
Mas no logro despertarme
(mucho menos levantarme)
con el tiempo suficiente;
el agua no está caliente
para poderme bañar
y así, me puedo resfriar
(no debo ser imprudente).
Tenía toda la intención
de devolver la petaca
(la grande, de piel de vaca)
que me prestó la vecina
cuando fui de vacaciones
a Coahuila y Nuevo León.
Pero, al tocar a su puerta,
me dijeron que está muerta:
fué un ataque al corazón;
¿a quién le doy la valija,
a su hermana o a su hija?
¡qué difícil decisión!
Voy a dejar de fumar
porque sé que me hace daño,
ya mi aliento huele a caño,
nadie lo puede aguantar.
Pero será hasta el otro año
pues, por un motivo extraño,
"siento" que debo empezar
desde el primero de Enero;
(¿dónde está mi cenicero
que no lo puedo encontrar?)-