Los amores de Luisa.

Cantando bajaba Luisa
por un sedero de plata
y al verla los olivares
se ceñían camisas blancas.
Dicen que el viento la oyó
y que rozó sus enaguas
enaguas de lino suave
que luisa en ella llevaba.
Decían de la bella Luisa
que el manantial de su alma
disfrutaba con el viento
que suave la acariciaba,
y presa junto a un olivo
la tempestad desataba,
gozando con los amores
del viento que la rozaba,
creciendo en la hierbabuena
el placer que la embriagaba.
La luna clara y redonda
con sus colores de malba
ardorosamente bella
con ternura la miraba.
¿Que deseas luna lunera?
Luisa a la luna cantaba.
La luna roja se pone
deseando lo que deseaba;
los amores con que Luisa
junto al olivo gozaba.
El poeta
desconocido.
4/1/013