Hay tristeza, en mi dulce recuerdo.
Repaso la madrugada solitaria,
me veo en la cabalgadura precaria,
es hermoso, pero lo recuerdo con enfado.
Solo yo lo disfruté, eso me desagrada.
Cabalgué bajo el cielo estrellado,
los habitantes nocturnos, he apreciado,
la naturaleza en mi piel impregnada.
La inocencia e ignorancia traiciona.
No supe que los pencos son de corta vida,
sus huesos esparcidos causo herida,
en mi alma de niño, de época lejana.
Desde entonces el recuerdo es triste.
Tal vez porque fue dulce, en mi persiste.