Si soy, ya no lo sé, ni estoy seguro.
¿Que quiero ser? Es obvio. ¿Quién no quiere?
He visto mucha gente que se muere
y quedan ipso facto sin futuro.
Dejar de ser es ciertamente duro,
como cuando no hay nadie que te espere;
o vives y no hay nadie que se entere,
cual fruto que se pudre de maduro.
Hoy sé que los que fueron se marcharon,
tal vez queriendo ser sin ser del todo.
Partieron y sus sueños se abortaron.
A muchos de ellos ya los olvidaron,
mas otros, con nosotros, codo a codo,
en nuestros corazones se quedaron.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC