El oasis del perdón
Al leer tus líneas
me imagino la agonía de tu alma
y si te dijera que siento tu dolor
expresaría palabras falsas,
porque el dolor solamente lo siente
el alma y el corazón del que sufre;
yo, al leer tu mensaje
solo pude imaginar tu sufrir
y sinceramente te digo
que en tu larga jornada
no vas caminando solo.
Alguien grande y poderoso
va caminando siempre contigo,
Él te guia, día a día,
segundo a segundo,
tomando tu mano
y dirigiendo tus pasos.
No decaigas, ten fe,
y cuando titubees en la vida
toma su mano y descansa junto a Él,
deposita tu confianza en el Señor
y permítele curar tus heridas.
Pídele fuerzas
para que puedas seguir luchando,
porque el camino del sufrimiento
está saturado de espinas,
pero Él con su divinidad
transformará tus espinas en rosas
y tu dolor en alegría.
La felicidad que tanto anhelas
a tu corazón llegará
y las penas de tu alma
serán convertidas en dicha.
Continúa tu camino,
caminando siempre
con la frente en alto,
no decaigas a medio sendero
que muy pronto encontrarás
el oasis del perdón.
El camino ha sido demasiado largo para ti
y créeme que te comprendo muy bien,
sé que ya te sientes muy cansado
y no vislumbras claramente el oasis
que andas buscando, y es verdad,
el remanso que sigues fehaciente
no es fácil de encontrar,
¡pero llegarás a tu destino!
Y cuando llegues, allá,
descansarás y mitigarás tus penas,
y tu alma, al fin, reposará tranquila.
Sacúdete las amarguras
y olvida de una vez
el daño que te han hecho los demás,
el oasis del perdón
refrescará tu alma;
lava tus penas en sus aguas
y veras que muy pronto podrás decir
¡He perdonado!
Y desde ese momento
vivirás feliz.
Palabras del alma
Martha Humphrey
Derechos reservados©