Un poeta del alma con sus letras me contagió una afligida inspiración,
de bárbaros y mujeres maltrechas…
de yo mimo, con el poema Involución.
Elijo rasguear esta puntual esquela
al hombre que a bestia se degradó
sin especular, con la debida cautela,
dejar ver lo que de un discurso nació.
No eres ni un hombre de las cavernas,
porque con el tiempo este evolucionó;
cernícalo infame con garras de hiena
que la dignidad de una mujer vulneró.
La tierra sufre cuando la toca un cometa
igual una mujer que del ultraje es presa;
desalmado infiel que tanto odio espetas,
No es sangre lo que arropan tus venas
tan sólo hiel porque no sabes de amor;
violador inicuo que la palabra envenena
sospecho el sufrir de tu vientre creador.
El dinero puede erigir a un hombre rico,
el agredir a una mujer un pobre servil,
dudo a instantes cotejarte con un borrico;
mácula exigua, creo que te logré definir.
Es tu deseo más íntimo con la notable mujer
concebirla infecunda y estrangular su voz;
desconocerla y creer que su dolor da poder,
disecar su hilo de vida tal a la yedra la hoz.