Surque mi destino y llegue una noche fría,
te traje mi calor y apreciaste como tesoro.
Ya dormiré a tu orilla mi noche de alegría,
y soñaré en el brazo de la mujer que adoro.
Agoniza la noche, en la aurora veo tu sonrisa,
nos amamos, mieles en besos surca el aire.
Felizmente amas en amor, ya sé estar en tu risa,
con el sol naciente brindas primor y donaire.
Me siento como si volviera de un hermoso viaje,
se cumplió todo mi sueño en tu pecho de paloma.
El amanecer nos sorprende entre flores y encajes,
unidos estamos, con tu aroma el día se asoma.
El despertar es asombroso, no podía ser mejor,
aprietas mi manos y vuelvo del sueño más sereno,
mientras veo hasta tu alma en tus ojos morenos.
De tus labios pendía beso, en honor del amor.
El reflejo de tu mirada se grabó en mi mente,
tu voz en mis oídios y, tu amor en mi alma queda.
El recuerdo de tu cuerpo, dice que somos amantes,
lo vivido y gozado será eterno en mí mientras pueda.
Autor: Alcibíades Noceda Medina