El fin de la promesa

En nuestras casas todo era claro

y así viajamos.

Sin pensar que el mar era loco amor

o que la montaña frota su pena por la espera.

De padres que iban a trabajar ya sabemos

De madres de veredas disparejas y escaleras

Qué mujeres desde el continente observan este barco

Con quién o con qué hombres

disputamos el horizonte.

Luego nos encontramos con el engaño

La luna cuando no estaban con nosotros

El reposo que ganó al olor del beso

La inspiración que puso letras a otros labios

La bohemia que negoció una alarma para utopías

y con la inocencia

que atestigua que no agradecemos.

Asumamos que hay viento

La quilla avanza a golpes

y vamos por la gasa desnuda de la partida.

Ya nada detiene la huella

y en otra mano

nuestras líneas son cartas de orillas.

Saltan los peces y aparece la espuma

Es nuestra forma de bailar roncando

Esa venda con tanto descariño

y estas lágrimas que caen con nosotros

son los hombros por los que se desliza la arena.

Recordemos que nos tenían apernados al fuego.

Alegre, sensible e irritable

por la luz que no sangra;

Así se vació la copa de la imagen

y con nuestras ciudades vamos al naufragio.