Amarte así tal vez es desatino.
Tu piel es como la ola del mar,
donde deseo ahogar mi sed de amar,
todo el tiempo, en tu amor divino.
En tu mar no hay tempestad ni frio,
ella mece mis deseos suspendido,
ahí yo seré lo que nunca he sido.
Será mar, el cauce del caudaloso rio
que implacablemente busca realidad,
originándose en tu agua salada,
en día de sol y en la noche estrellada.
Las olas de alegría y felicidad
será pasible, porque yo en ti confío, contigo seré mar, aun siendo rio.
Autor: Alcibiades Noceda Medina